martes, 7 de diciembre de 2010

Cualquier parecido con la coincidencia, es mera realidad...

Cuando el destino nos alcance
Cuando el destino nos alcance (título original en inglés: Soylent Green) es una película norteamericana de ciencia ficción producida en 1973 y dirigida por Richard Fleischer. Está basada en la novela de Harry Harrison de 1966 titulada ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! (Make Room! Make Room!).

Trama
Ubicada en el año 2022, la película presenta una distopía. La ciudad de Nueva York está habitada por más de 40 millones de habitantes, radical y físicamente separada entre una minoría que vive cómodamente y una mayoría hacinada en calles y edificios donde malvive con agua en garrafas y dos variedades de un producto comestible, soylent rojo y soylent amarillo, que son la única fuente de alimentación de la mayor parte de la población.
En el filme, la carestía generalizada es el resultado del agotamiento de recursos naturales, la degradación ambiental extrema y la sobrepoblación. No obstante, a pesar del ambiente desolador, sobrevive una pequeña élite que mantiene el control político y económico y puede acceder a ciertos lujos como verduras y trozos de carne.
Robert Thorn (Charlton Heston) vive con su amigo Sol Roth (Edward G. Robinson) quien sólo rememora el pasado, cuando el planeta era más habitable. Thorn, policía de Nueva York, se ve involucrado en la resolución del caso del asesinato de uno de los principales accionistas de Soylent, que ha muerto golpeado en su casa.

Soylent verde es el nuevo producto alimenticio sacado al mercado, que -según la publicidad- se produce con plancton de todos los océanos.
El seguimiento de las pistas se vuelve difícil entre una trama que elimina toda posible búsqueda de la verdad. Un ambiente espeso y desesperanzado hace más y más asfixiante el desarrollo de la película.
Sol Roth decide suicidarse en un sitio llamado El Hogar, el cual recrea el mundo lleno de vida como era en su época de juventud, mientras muere y sólo acierta a decir a Thorn que siga su cuerpo como pista antes de desaparecer. El seguimiento de su cadáver ofrece a Thorn el destino real de todos los cuerpos, que no es otro que acabar procesados en soylent verde, para ser parte de dicho preparado alimenticio.
El final de la película sólo evidencia esa situación sin poder ofrecer ninguna solución a lo que ya se ha generado.
La película ofrece una visión apocalíptica sobre la degradación ambiental y sobre la superpoblación que afecta a todo el planeta, al grado de comerse a los muertos.